sábado, 5 de mayo de 2012


Abortar en Venezuela
JORDY ENRIQUE MONCADA CARTAYA |  EL UNIVERSAL
viernes 15 de octubre de 2010  12:31 PM
Resulta muy interesante que se estén iniciando a dar debates sobre temas de especial relevancia que están presentes en nuestra realidad social y que son necesarios discutir, más allá de las concepciones religiosas y de la ética privada. 

Se ha comentado que dentro de la reforma del código penal se estudia modificar la tipificación del aborto, estableciendo la despenalización del aborto en los primeros 3 meses de gestación del embarazo. 

Estaríamos siguiendo ejemplos como el de Estados Unidos y España, que han despenalizado el aborto dentro de los 3 primeros meses del embarazo, basados principalmente en el respeto al derecho a la intimidad de la mujer. 

En ese caso, el argumento recae en que es la mujer quien debe tener la potestad de decidir si aborta o no, que es ella quien debe tener esa decisión y penalizarlo sería atentar contra su derecho a la intimidad. 

Claro que el contraargumento es fuerte, pues quienes entienden que la vida comienza desde la concepción se oponen argumentando que se está matando a un ser humano. Pero también es cierto que la idea de la vida a partir de la concepción es netamente religiosa. 

Hay quienes consideran que despenalizar el aborto causaría una pérdida de valores, sin embargo, no debe confundirse la ética privada con la ética pública, que algo esté normado no significa que todo el mundo lo va a hacer. 

Quienes crean que abortar va en contra de sus valores seguirán sin hacerlo, pero lo cierto es que el aborto es una realidad en nuestra sociedad, hay muchísimas adolescentes, jóvenes y mujeres que lo practican, que no lo ven como un antivalor y lo cierto es que debería regularse y controlarse la forma en que se practica. 

En particular, creo que la vida inicia en el momento en que el feto puede vivir fuera del útero materno, y antes de los 3 meses eso es inviable. Es una discusión que debe darse, en donde existen posiciones encontradas. 

La discusión está en que el Estado asuma en una ley una posición religiosa de la vida o una posición laica y el Estado debe ser y es laico, la educación religiosa y sus valores forman parte de la ética privada, la ética pública no puede nunca responder a posiciones religiosas pues sería per se discriminatoria y violentaría la libertad de conciencia. 

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